La extrema derecha barre a Macron en Francia y sobresalta a Europa

01.07.2024 10:04

Obtiene más de un tercio de los votos, según los primeros sondeos, que dejan al bloque de Macron en tercera posición

Por primera vez en la historia, la extrema derecha de Marine Le Pen se posiciona como primera fuerza política en Francia, tras vencer en la primera vuelta de las legislativas, y logra superar al centrista y europeísta Emmanuel Macron, con quien perdió dos elecciones presidenciales. Nunca ha estado tan cerca del poder. Según cifras aún provisionalesReagrupamiento Nacional, el partido de Le Pen, ha obtenido el 33% de los votos, doblando casi la cifra que logró en las legislativas de 2022. El bloque de izquierda, segunda fuerza política que une a socialistas, ecologistas, comunistas y La Francia Insumisa, logra un 28%. Resiste bien, a pesar de las divisiones internas. Queda debilitado el bloque presidencial, el de Macron, con un 21%. En sólo dos años ha pasado de ser la primera fuerza política a ser la tercera.

Las urnas avalan a Le Pen, que aún no tiene la mayoría absoluta que ansiaba, constatan la movilización de la izquierda y castigan a Macron. Dejan en vilo al país y a Europa de cara a la ronda electoral definitiva, la del domingo que viene, que puede cambiar el paisaje político que había ahora: si la ultraderechista logra una mayoría absoluta (necesita 289 escaños) podría formar Gobierno. Sería la primera vez, tras años intentándolo. Francia, pilar de la Unión, seguiría así la estela de países como Italia, donde partidos con un pasado xenófobo han logrado normalizar su discurso y calar en el electorado.

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De momento Le Pen no tiene los apoyos suficientes (está a un puñado de escaños) y los distintos bloques se movilizan para impedirlo. Emmanuel Macron, en un comunicado difundido por el Elíseo, ha pedido una "amplia unión democrática y republicana de cara a la segunda vuelta para hacer frente a RN". Gabriel Attal, su primer ministro, ha dicho: "Ni un voto para RN".

La participación ha sido histórica, cercana al 70%, una cifra que no se veía desde los años 80. "La democracia ha hablado" y las urnas "han borrado prácticamente al bloque macronista", ha dicho Le Pen, que ha comparecido desde Hénin Beaumont, en Pas de Calais, apenas 10 minutos después de conocerse los resultados. Jordan Bardella, candidato a primer ministro del partido, ha advertido que la votación de la semana que viene será "una de las más determinantes de la historia de la V República".

El futuro de Francia se decidirá el domingo, en la segunda vuelta. Han pasado los candidatos que han logrado el 12,5% del apoyo de los votantes censados. Normalmente son dos, pero cuando hay alta participación, como es el caso, pasan tres porque es más fácil alcanzar ese 12,5%. Esto dispersa el voto, que en este caso beneficia a RN. Por eso, la izquierda ha dado ya la consigna: retirar a sus candidatos que están en tercera posición para concentrar así el máximo de apoyos contra la extrema derecha.

Lo ha dicho Jean Luc Mélenchon, líder de la Francia Insumisa: "La consigna es clara: No más escaños para Reagrupamiento Nacional". El socialista Raphael Glucksmann ha pedido también "votar al candidato que sea que permita hacer frente a la extrema derecha". ·No nos equivoquemos de enemigo", ha dicho.

Las urnas muestran un país dividido en tres bloques y sin mayoría muy clara. En las elecciones legislativas de 2022, la coalición presidencial logró un 25,7% de apoyos en la primera votación; la de izquierda de Mélenchon, entonces agrupada bajo las siglas de Nupes, tuvo un 25,66 %. Le Pen quedó en tercer lugar, con un 18,68% de apoyos. Hoy dobla esta cifra.

Macron provocó un cataclismo al disolver la Asamblea hace dos semanas, tras el triunfo de la extrema derecha en las europeas del 9 de junio. Dijo que buscaba "una clarificación" nacional. La que arrojan las urnas es esta: el esquema político que había ha saltado por los aires, se ha roto el escudo republicano que impedía ganar a la extrema derecha y las lógicas que valían hasta ahora ya no sirven. Marine Le Pen ya no da tanto miedo y ahora al que se teme es al líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon. Le Pen, cuyo padre fue condenado por antisemitismo y delito de odio, ha llamado antisemita a Mélenchon en su breve discurso de esta noche y ha advertido del peligro que supone que la izquierda gane el domingo que viene.

Macron ha reunido esta tarde en el Elíseo al primer ministro, Gabriel Attal, y los jefes de los partidos aliados. Los sondeos ya le eran más adversos, le daban apenas un 20% de apoyos. Los Republicanos, partido de la derecha tradicional, ha conseguido un 10% de respaldo en las urnas. Su presidente, Eric Ciotti, decidió unirse a Le Pen en esta batalla, una línea roja para el partido. Las estimaciones para RN tienen en cuenta a Ciotti y sus aliados, pero no a los que se han mantenido fieles a este principio.

En estos comicios se eligen 577 diputados, uno por circunscripción. Se habían presentado 4009 candidatos. Nunca el partido de extrema derecha ha tenido tanta presencia en el Parlamento y nunca ha estado tan cerca del poder. La izquierda, a pesar de las tensiones internas, sobre todo por la omnipresencia del polémico Mélenchon, ha logrado recomponerse.

En Francia planea más que nunca el fantasma de la cohabitación o el bloqueo. En el primer caso: la posibilidad de que Macron, centrista y europeísta, presida el país y Le Pen, euroescéptica, lo gobierne. Para que esto ocurra ella tendría que tener mayoría absoluta. Macron tendría que formar un nuevo Gobierno que refleje el nuevo equilibrio de fuerzas parlamentarias.

Puede haber una parálisis sin ninguno de los bloques logra una mayoría clara, como parece. Un Gobierno en estas circunstancias está atado de pies y manos. Le ocurría ahora al de Macron. Los bloques políticos están tan enfrentados que es difícil visualizar alianzas o posibles pactos. Jordan Bardella, el candidato a primer ministro del partido de Le Pen y sin duda una de las figuras clave de esta campaña, ha dicho que sólo gobernará si obtiene una mayoría absoluta, porque sabe que de otra forma no podrá aplicar su programa.

Fue su triunfo en las europeas lo que hizo que Macron adelantase las legislativas. En los comicios se evidenció un auge de la extrema derecha en toda Europa y Francia sigue esa inercia. La duda, el domingo próximo, es si el país logrará resucitar ese escudo anti Le Pen que hasta ahora le ha funcionado, pero hoy parece estar más debilitado que nunca.

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