En medio de la adversidad, sus clientes mostraron todo su amor.
Stella y John Chan es un matrimonio que llegó a Estados Unidos a finales de la década de los 70, cuando la época disco estaba en su transición y el país era un claro destino para los refugiados e inmigrantes. Estos dos enamorados llegaron para comenzar una vida con el sueño de prosperar con trabajo duro y perseverancia.
Tras sufrir los estragos de la guerra en su natal Camboya, la pareja jamás imaginó que años después verían un lado más amoroso de la humanidad, pues ellos atravesarían una situación abrumadora que los cambiaría por siempre.
10 años después de su llegada a Estados Unidos, los Chan lograron comprar una franquicia de Donut City, una cadena de restaurantes que se dedica a vender donas y malteadas y, gracias a eso, han podido trabajar sin parar para alcanzar una estabilidad económica, también acompañada de una disciplina para poder dar lo mejor de ellos a las personas que les compran las deliciosas donas.
Ellos mismos atendían su negocio y los clientes rápidamente se familiarizaron con la pareja, tomándoles un cariño enorme. Fue gracias a esta cercanía que los clientes comenzaron a notar que solo John estaba trabajando en la tienda y comenzaron a preguntarse por Stella, sobre todo si ella se encontraba bien. Ellos no sabían que Stella estaba muy enferma, había sufrido un aneurisma y se encontraba en rehabilitación para recuperarse.
Uno de sus clientes más frecuentes, Dawn Caviola, se enteró de la situación y quedó tan conmovido sobre la situación que empezó a planear una forma de ayudarlos. Él sabía quela pareja es muy unida y que ambos se necesitaban.
“Pensé que si varias personas compraban una docena de donas todas las mañanas, entonces él podría cerrar más temprano e ir a acompañar a su esposa”. Comenta Caviola.
Para John, Stella era todo, solo quería llegar cada día a verla y sabía que si vendía una cierta cantidad de producto de su tienda podía cerrar ese día sin miedo a no tener dinero o quedarse en deudas y poder ir a ver a su amada esposa. Él sabía que si estaba más tiempo con Stella, el proceso de rehabilitación sería más sencillo para ambos. La tienda no había cerrado ningún día desde hace 30 años.
Caviola decidió compartir la situación en sus redes sociales y hacérselas llegar a todos los clientes de los Chan. Esto haría a todos felices, los clientes podrían comer las deliciosas donas y John podría ir más temprano con su esposa.
Esto movió a tantas personas que un día logro vender todo y cerrar a las 10 de la mañana. Los clientes incluso le ofrecieron crear una página en GoFoundMe, pero John Rechazó la oferta, pues todo lo que quería era ver a su esposa. No necesitaba la caridad, quería tiempo con su Stella.
La historia de John nos muestra que el amor, es capaz de todo, incluso si no lo pide. Comparte esta historia para que estas acciones se puedan replicar con cualquiera que lo necesite.
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